¿Que son los problemas digestivos?
En varias ocasiones, las causas de los trastornos digestivos pueden ser tan simples como que un perro desarrolle intolerancias a la comida o coma basura, a algo más grave, como infecciones bacterianas o virales y en casos más graves la presencia de enfermedades.
Muchos casos de malestar digestivo a menudo comparten síntomas similares, como diarrea o estreñimiento, cólico, letargo y / o incapacidad para consumir comidas. Por ello, como resultado, la mayoría de los problemas digestivos deben recibir apoyo y control como método de tratamiento. El sistema digestivo involucra a todos los órganos responsables de la digestión, absorción, movimiento de los alimentos y excreción.
Este conjunto de órganos incluye el esófago, el estómago, el intestino delgado y grueso, el páncreas, el hígado, el colon y el ano. Muchas veces, cuando un problema digestivo se vuelve frecuente en un animal, el objetivo principal de un veterinario será aislar dónde ha ocurrido el problema.

Síntomas de problemas digestivos en perros
- Vómitos
- Diarrea
- Depresión
- Sangre o moco en las heces
- Cambios en la consistencia y color de las heces.
- Dolor abdominal (cólico).
- Distensión abdominal.
- Incapacidad para comer
- Letargo y depresión
- Anorexia (en muchos casos crónica)
- Fiebre
Causas más comunes de problemas digestivos en perros
- Comer alimentos inapropiados que no son digeribles
- Cambiar el tipo de comida para perros demasiado rápido y constantemente.
- Consumo de basura o comida poco apropiada.
- Pancreatitis debido a la alimentación de alimentos ricos en grasas.
- Gastroenteritis
- Infecciones bacterianas (Campylobacter, variantes de Salmonella)
- Parásitos (anquilostomas, lombrices y Giardia)
- Virus (parvovirus canino, moquillo, rotavirus canino)
- Enfermedad inflamatoria intestinal
- Gastritis hemorrágica

Diagnóstico de problemas digestivos en perros
El veterinario primero realizará un examen físico completo del perro.
Las preguntas formuladas pueden incluir la duración y el inicio de los signos clínicos, el historial de vacunas, el historial de viajes y el comportamiento del animal.
Si se detecta que pueden estar involucradas infecciones bacterianas, es recomendable realizar recuentos sanguíneos, cultivo bacteriano, cultivo de hongos, panel de química sanguínea y análisis de orina.
Si por lo contrario se cree que la infección es parasitaria, entonces se toma una muestra de heces para evaluar el número de huevos y especies de parásitos que se encuentran en el sistema intestinal del perro.
Si los síntomas son virales, se toman muestras de tejido y medir los anticuerpos contra un virus probable mediante el uso de una prueba de ensayo enzimático comúnmente conocida como ELISA. Se pueden hacer radiografías y ultrasonidos para descartar la posibilidad de obstrucciones intestinales. Se puede hacer una endoscopia en casos donde existe la posibilidad de inflamación.
El amor a todas las criaturas vivientes, es el más noble atributo del ser humano.
Recuperación de problemas digestivos en perros
Para los casos agudos, el pronóstico suele ser positivo y la recuperación puede tardar de unos días a varias semanas.
A veces, para problemas digestivos simples, es recomendable quitar la comida sólida de su mascota durante 24 horas hasta que el malestar estomacal desaparezca y se normalice el tránsito intestinal. En los casos que involucran alergias o intolerancias, se recomienda someter al animal a una prueba de alimentos para verificar que proteínas puede tolerar su mascota.
Los perros a los que se les detectan parásitos intestinales pueden recibir antihelmínticos de amplio espectro para disminuir y eliminar cualquier parásito que resida en el sistema gastrointestinal. La terapia que ofrecen los veterinarios, como los suplementos de hierro y los alimentos ricos en nutrientes, se deben administrar en casos extremos donde los parásitos pueden haber causado anorexia y anemia en el perro.
En casos donde la afección es crónica, como la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden simplemente necesitar atención de apoyo para la mascota mediante el uso de medicamentos anti-inflamatorios, ácidos grasos omega-3 y probióticos, debido a que esta enfermedad no se puede curar.
En casos de infecciones virales o bacterianas, se recomienda que en el futuro el perro deba vacunarse contra los agentes virales bacterianos comunes en el área.